miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿Quién eres tú?

Eres como una obsesión, una de esas que ata mi mente y me hace pensarte siempre, eres ese amante que mi alma y mi cuerpo busca, eres ese hombre que quiero para mi, podrías ser el amor de mi vida, mi eterno resplandor, podrías ser todo lo que amo, podrías estar lleno de vida a mi lado, podrías regalarme la felicidad, podría hacerte tan feliz, sentirme de tus brazos rodeada llena de vida, de paz… porque sólo tú me haces sentir así y por la magia de tus besos ha sobrevivido tu recuerdo. Ese dulce recuerdo que quiero hacer de nuevo tangible, ese recuerdo hermoso de tus manos sobre mi cara, y de tus ojos escarbando mi alma.
Quisiera volar a tus brazos, quisiera hacerte mío por un instante más, quisiera poder regalarte con mis besos aún más felicidad. Estoy tan feliz de haberte conocido y que las distancias no puedan romper este sentimiento que nació en mi corazón sembrado por un beso.
Estoy tan feliz de que eres mi amigo, estoy tan feliz de que pasaste por mi camino, e iluminaste mi fría y tosca senda. Estoy tan feliz de que me mostraste que la magia existe, de haberte tenido cerca, y de que no te alejes, estoy tan feliz de sentirte sincero, de saber que sin importar nada más nos tenemos el uno al otro y que cada carta nos pone en conexión directa , y cuando la vemos nuestros ojos se emocionan y nuestra alma hace una fiesta. Estoy tan feliz de saberte feliz por mi, me alegra tanto, de verdad , tanto haberte conocido.
Espero verte un día de nuevo, para abrazarte fuerte, para volver a verte fijo en tus ojos y de nuevo con nuestros labios crear magia, esa magia hermosa que tú y yo poseemos y que al juntarnos salta en pedazos por todo lugar, llenando el aura de colores y el aire de sabores, que sólo tú y yo podemos crear.

martes, 22 de septiembre de 2009

Dioses

Mi arte no se compara con el suyo, ellos son dioses que mezclan las palabras para darle un tinte amargo, dulce, ácido y salado, sabores que llenan el alma de felicidad, una bocanada de aire fresco, que tocan esas almas tristes y las alegran, que tocan esas almas alegres y las opacan. Ellos tienen el don en su mente, las letras en su vida y la ganancia en su muerte. Ellos son dioses, dioses latinos que tienen el poder de posponer la esperanza, que tienen el don de amar al papel como al más sensual de los amantes, con experiencia, con dulzura, con excelencia. Quienes disfrutan sus desgracias y le cuentan a los oídos de la pluma su desdicha, ellos son dioses que pueden poner el alma en el papel, de hermosa manera, de hermoso parecer. Ellos tienen los ojos en el mañana del ayer, ellos son almas encarnadas con exótico pensar. Ellos tocan las puertas del placer, los frutos rojos los rodean y entonces nacen hijos, hijos largos y esotéricos. Ellos aman, ellos lloran, a ellos no les importa. Cada día nace un hijo, pero no hereda nada más que el alma. Cada letra tiene un poco de sol, un poco de luna. Una marea alta que los lleva a la locura. Quiero su locura. Quiero su tristeza y su continua depresión. Quiero su desesperación, su cigarro en mi mano. Quiero su devoción, quiero sus frustraciones, quiero su pasión. Pasión honda, pasión profunda, pasión para mostrar, pasión al respirar. Quiero su pensar, su imaginación, quiero volar en sus manos, quiero que vuelen conmigo. Sin embargo, mi arte no se compara al de ellos. Ellos son gloriosos, yo sólo soy bazofia.

martes, 15 de septiembre de 2009

Afrodita.

Palabras, palabras corren por mi cabeza, situaciones, recuerdos, amarguras, lágrimas, momentos de quebrantos, faltos de alegría. Paz. Un dulce recuerdo, una lágrima de consolación, otra de alegría, un sol resplandeciente con una pequeña llovizna, un abrazo ceñido, un mar de alegría con momentáneo bienestar. Un ciclo, unos días, una mentira establecida, el pacto eterno de dos seres que antes se amaron profundamente, que compartían sueños, que compartían leyes, sonrisas, lágrimas, amor, placer, odios mutuos, mutuos destellos de energía, felicidad, eterna felicidad. Un pacto, tal vez uno satánico, derrocando el bienestar, la dignidad, el autoestima, la prioridad, el amor al ser, el ambiente agradable, la serenidad. Un pacto establecido por la sociedad, un pacto establecido por la rutina, un odio creciente, una luna plateada que se derrama encima de lo que antes era placer y ahora es agonía. Llantos, más quebrantos, almas siempre amarradas queriendo paz. Una nueva situación, un mundo desconocido, falta de valentía, ausencia de energía, conformismo, otro nuevo llanto, la dignidad arrancada desde el fondo del alma. Los críos ahora se han levantado fríos, formados, basados, queriendo arrancar de un soplido tanto dolor visto. Se sienten, reniegan, piensan, resignación, saturación, de nuevo el conformismo asaltando sus vidas. La sociedad, la institución latentes a juzgar, a inundar, a perpetuar tan horrible unión, no hay paz, no hay tranquilidad, todo se torna gris, como lleno de humo de cigarrillo viejo, sin filtro. El olor es denso, la mente se agobia. La agonía de nuevo empieza, otro ciclo, otro sol, otra pequeña llovizna, no hay paz, ¡no hay paz!… es tenue, no veo, no siento, odio momentáneo, razono, el alma está fría, no escucho, sólo en mi mente existe una voz sigilosa, como confiable, como que se burla. Es extraño, no veo, no escucho, no siento, sólo saboreo esa difícil visión de un futuro más apacible, más tierno, más cálido. Busco el bienestar, no lo encuentro. Una mente nueva, no sé si confiable o no, me guía. No soy buena, no soy mala, estoy confundida. No pienso, ahora, no razono ahora, sólo escribo. Hace frío. Estoy cansada. Quiero escribir, quiero dejar de hacerlo, razonó de nuevo, libero mi alma con estas líneas, un poco de alivio viene a mi, como una manta algo vieja, que no funciona bien, que no abriga bien, que no huele bien, sin embargo, me cubre, me afina, me embriaga, me tapa, me resigna. Me resigna.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Beso.

Ella desde ahora sólo juega, besa, huele, juega… ríe, siente, llora, juega. Ella desde antes sabía la verdad, y entonces ahora sólo juega. Ella, quien amo desaforadamente, entendió las reglas del juego y entonces, sólo juega. Ella, esa hermosa princesa, accedió paso a paso a esa vil mentira, e inteligentemente, ya en la partida, sólo juega. Ella, quien puso a jugar su corazón, lo ha rescatado a tiempo, con dulzura lo recoge poniéndolo de nuevo en su lugar, su razón se alegró al ver que apaciguaba el dolor, entonces, la razón entró al juego y empezó a jugar , ya guardado el corazón, el campo tenía un esencia de venganza, ahora ella sólo juega. La razón sonríe triunfante, y ella sólo juega. Están las manos fuertes, que siempre había amado y por las que hubiese entregado el universo, aún en su fantasía, en su placer, sin embargo, ella sólo juega. Están esos labios, apetecibles y jugosos, que siempre soñó, pero ella sólo juega. Ya nada importa, el corazón está resguardado, ya no está triste y la razón quiere vengar con placer el dolor. Ella sólo juega. Y jugará hasta que sienta que otras manos, otros labios, otros ojos emitan sonidos diferentes, más armónicos, más dulces, más consientes, más sabios, más tiernos, un poco más dulces, que emita un aliento a menta, un olor a yerbabuena. El olor a menta y el color de Jamaica rebotarán inmensamente en su alma, y le darán el sonido de la verdad. La piel de sus allegados marcará en su mente la sensación de libertad. Los labios dulces sobre su frente le darán muerte al juego demencial. Los cuerpos fundiéndose en uno, pondrán en jaque el oponente que la trajina. Las promesas de amor eterno borrarán las partidas perdidas de su corazón, la libertad de su unión la dejará libre para entregar una vez más el corazón. Estará, entonces, más confiada, más serena, más tranquila. Sentirá la seguridad de sus brazos, de su mente, sentirá la alegría de sus ojos, la fortaleza de su espalda. Lo dejará en libertad, la dulce princesa, cocinará deliciosos postres que él probará y le encantarán el alma. La dulce princesa, abrazará sus sonrisas y besará su alma. La dulce princesa ya no juega más, entonces, el oponente, cae, llora, reniega, suplica, miente, corre, salta, insiste, llega. Ya no hay puertas para su entrada, ni para su llegada, sólo un candando puesto en aquella cerradura, donde la llave la tiene quien es dueño de su dulce sonrisa. Ya no juega más, ya no le importa, la vida se encargo de darle todo el bienestar en otras manos, de sentir el cuidado, de ser feliz por un instante, de ser consciente de la nueva luz que sus ojos cantan, de volar libre, de relajar su integridad, de besar apasionadamente, de razonar instintiva. Ya no juega más, ahora el corazón baila libre, tonadas no tan elegantes. Ahora la razón se mantiene, aunque alerta, más tranquila… pero siempre vigilante. Ahora, esta princesa sonríe, feliz, libre, apasionada, realizada. Ya no juega más. Al menos, hasta que sea hora de jugar.

domingo, 26 de julio de 2009

La hermeticidad de un ser.

No podía dejar pasar mi adorado mes de Julio, sin antes, escribir algo en mi blog. En esta oportunidad quiero compartir con ustedes algo que me ha impactado en el alma, es un ser humano, como con esencia de ratón, lo veía pequeño, como “desgualido” y bastante blanco, con una de esas apariencias que lo hacían algo tibio, y algo tierno, algo confortable.

Podría imaginármelo bastante dulce, en su esencia varonil, lo que me causaba algo de alegría. Medio libre, medio feliz. Así me lo imaginaba, hasta cuando un día en un cruce de palabras pude ver que esa esencia de ternura se volvía amanerada, ya que su alma era fría y un poco desgraciada.

Me impacto sobre manera como veía el mundo, sin piedad, con el alma fría, creyéndose el amo del universo, creyéndose importante por el sólo hecho de ser él mismo. ¡Era terrible! , toda esa fachada de tierna elegancia, y dulzura quedó rezagada a un ser sin misericordia que no conocía el dolor del prójimo y el menos afortunado.

Cada palabra que me decía me hacia pensar en que jamás hubiese concebido la idea que un hombre, racional, no pudiese ver la realidad de un país, la miseria de unos pocos, y no sentir, al menos, lastima por ellos.

Cada vez que recuerdo lo que me decía, puedo sentir una indignación inmensa, por que jamás hubiese concebido un ser de tal talante. Sé que hasta ahora no he dicho, en absoluto, nada más que aterradas frases de la gran depresión que esté ser causo en mi, pero paciencia, ya les contaré algunos detalles, como dije antes, aterradores.

Hasta ese día no había caído en cuenta de su fobia hacia las bacterias, cada vez que tenía la oportunidad iba a bañarse sus manos, no lo había notado hasta después de ese trágica tertulia, pues entonces “até cabos”.

Todo empezó caminando por mi adorada Candelaria, en la cual habitan muchos seres de la calle, quienes algunas veces infunden temor, otras repudió, pero siempre en el fondo, hubiese creído, hasta ese día, que todo ser humano, en nuestra nación, más afortunado (mejor condición económica) , hubiese de sentir algo de misericordia hacia estos personajes.

Yo por mi parte, aunque no puedo evitar un poco el miedo (infundido siempre por la sociedad) trato de darles un trato cálido y humano, no viéndolos como son siempre, oscuros, sino tratándolos sin asco, sin miedo.

Ese día uno de estos personajes, me pidió una moneda, en el fondo de mi ser siempre quiero poder darles algo más, no una fría moneda (además que sé que no es del todo responsable y bueno) pero no me gusta dejarlos con la mano extendida y con el sentimiento de que no me importan., siempre que doy una moneda, porque lo hago, siempre pienso que podrán conseguirse algo de comer (la próxima vez debo darles de comer, eso estoy intentando y lo haré cuando tenga las circunstancias dadas) , en este caso, no tenía “una fría moneda” sin embargo, hablé con este hombre, le sonreí, lo traté con amor, y pude sentir que se fue satisfecho de no ser repudiado de nuevo.

Con lo que no contaba era con este ser ratonesco que iba caminando al lado mío y quien al verme en mi actuar, me ha sermoneado, totalmente indignado de que yo, en mi esencia me hubiera rebajado a tratar de amar a un ser con menos suerte a la nuestra.

Obviamente, para quienes me conocen, me indigné en extremo, pensé que como la mayoría de las personas, el ratonesco, me estaba tratando de decir que no era digno darles una moneda, en lo que estoy de acuerdo, pero su regaño empezó a direccionarse de manera extraña, él trataba de hacerme ver que yo no debía porqué preocuparme por estas personas, que no era digno para mi, como afortunada persona, tratarme con ellos, que él no entendía en su “racional” ser (que no es racional, ni humano, ni nada, para mi, pero al cual debo respetar por su condición de humano) porque yo quería tener un trato con esta gente, quienes se habían ganado su destino y quienes no eran dignos de ninguna compasión. ¡Por Dios Santísimo! Toda esa verborrea irreal y sin-misericordia, hacia que mis oídos se vomitarán de todo lo que oían. Era increíble, tenía delante de mí, pensé, a una especia de monstruo frío e inconciente.

Quedé quieta, como embrutecida, pensando, que estaba entendiendo mal, que en este mundo no podía existir un ser humano que fuera tan inconciente, tan frío, sin corazón, tan orgulloso de su suerte, tan digno de estar entres quienes tenemos la fortuna de comer cada día las veces que queramos, y quien teniendo la capacidad de dar algo, al menos una sonrisa , un apretón de mano (jamás lo hará porque piensa que son seres sucios y bacteriosos) , a quienes lo necesitan, no fuese capaz de hacerlo, no porque no tuviese la capacidad, sino porque sencillamente esos infelices no eran dignos de tan deslumbrante presencia, es decir, de él.

Frustrada y más aterrada y más nauseada de lo que antes estaba, me dí cuenta, que el embrutecido en el alma era él, empecé a percibirlo como un ser despreciable, como alguien digno de pesar, como alguien cerrado de mente y de corazón, como alguien que sólo quería mostrarse a si mismo, como alguien asqueroso.

Se tomaba el atrevimiento de juzgar mi misericordia, mi sensibilidad para con los menos afortunados, se regodeaba de su situación de ser afortunado (ya que creía que el hecho de haber nacido en un hogar bueno se lo merecía sólo por ser él. ¡Repudiable!) , se indignaba cuando le mostraban la realidad, cuando le pedían ayuda, no le gustaba verse incomodado, el no era digno de pasar por esas situaciones, no tenía porque incomodarse por los demás, ese no era asunto suyo, era asunto del gobierno.

Lo contemplaba con ojos absortos, como no creyendo, pensaba que era asqueroso, pero a la vez me gustaba oírlo y ver lo que había en este mundo, que las personas tienen la capacidad de hacerse repudiar. Me parecía increíble, me parecía imposible… pero ahí estaba el ratón, señalándome por mi pasado actuar (en el cual di algo de comer a los habitantes de la calle) diciendo que eso no era mi asunto, que para él era inconcebible.

Lo repudié inmensamente, pero en ese mismo instante pensé: “él merece el mismo respeto por ser ser humano, que el respeto que siento por los indigentes de la calle.”- “¡Un poco menos!”, oí una voz divertida en mi cabeza. -

La conclusión y lo bueno que pude sacar de esta tan desdeñada situación: Esta bien oír todos los puntos de vista, porque de esa forma uno tiene una concepción del mundo, cada persona es un mundo diferente, y seguramente como el ratonesco ser, muchos piensan igual, entonces, ya no me descrestaré al encontrar otro hermético y antibacterial ser.

sábado, 20 de junio de 2009

Tamales y Panelas.



Navegando por la red me he topado con una muy buena página web (me lo ha dicho un excelente publicista), en la cual, pude ver el “antes y después” (lo verídico es que jamás tendrán un después) de los artistas “photoshopeados”.

Es lógico que tal perfección es netamente absurda. Entonces, imaginé medios de comunicación que vendieran la imagen tal como es, sería exquisito poder apreciarnos con todos nuestros defectos, en este caso físicos. No quiero hacer ninguna reflexión a la perspectiva de los medios que nos atrofian, sólo a la imagen como tal.


Me quedó una sola sensación después de ver esas fotos: la imperfección es la mejor cualidad humana, me deleito en mi imperfección. Y creo que seremos más capaces y más libres en medida que la disfrutemos y nos deleitemos en ella.

En este caso no quiero hondar en detalles, sólo me gustaría escuchar opiniones.
Aquí queda el link para que lo chequeen: http://www.iwanexstudio.com/ entran por la parte que dice portfolio.

sábado, 30 de mayo de 2009

Simplemente sentarme, pensar y escribir.


Simplemente sentarme, pensar y escribir. Pensar en nada importante, sólo dejar a la mente fluir libremente, como quien inventa palabras nuevas. No pienso, sólo dejo que mis dedos se muevan suavemente sobre las pequeñas letras impresas en el teclado y de repente re-leo lo que están escribiendo. Me detengo y ahora pasan por mi cabeza las imágenes de una vida afortunada como la mía y como la que tu tienes por estar leyendo esto, no me refiero que seas afortunado por leer lo que escribo, sino por la posibilidad que tienes de sentarte frente a un monitor y aprovechar, sacar ganancia, del mundo del o "de la " Internet.

Estaba pensando en las presiones sociales, estaba un poco consternada por no tener la libertad total de sentirme libre. Creo que todo nos lleva a ser esclavos de alguna cosa, me gustaría simplemente vivir en un bosque que me proveyera alimentos y andar sin necesidad de vestimenta alguna, pero... no se puede, sencillamente no es tan fácil, ni tan aceptado en mi racionalidad, ya que, he sido instruida para buscar una perfección de la cual surja un hogar, un esposo, unos hijos y una casa en buen sector de la ciudad... ¡Detestable! , espero no hacerlo hasta no tener la convicción eterna de que es lo que se debe hacer. Todo el mundo está limitado por "un hogar", pues, lo mejor que puede pasarles en la vida, es "un hogar" porque es la base de la sociedad y entonces cuando se obtiene suelen decir que el éxito se ha conseguido.

Yo por mi parte espero terminar mi carrera y conocer el mundo. Hacer mi pasantía en Reino Unido, hablar varios idiomas, conocer mucha gente, probar el chocolate de diferentes partes, un apartamento en la candelaria, especializarme o hacer maestría afuera (becada sería fabuloso) conocer diferentes culturas, ayudar a los animales de Bogotá y tener un perro grande, trabajar con mi carrera como asesora y tener mi propia empresa, grande e influyente; talvez tener algún cargo político o proyectar alguna clase de oposición a las habituales corrupciones del país, tener charlas reflexivas, divertirme un poco, tener amigos, apoyar a mi familia, tener varios corazones pero no argollas matrimoniales, poner sucursales de mi empresa en el exterior, exportar… y luego, después de eso, tendría proyectado vivir con alguien quien dijera amarme y tal vez un hijo.

Pero no quiero, en lo absoluto, que “un hogar” sea un limitante para mi vida, para mi mente, así como tampoco quiero que una religión, una sociedad, una institución me intervenga con modelos poco racionales de lo que puedo llegar a hacer y a ser. Y me limite, como tampoco quiero que limite a mis seres queridos, a mis hermanos, a mis primos, a mis amigos. Me gustaría abrir los ojos de la gente con estos cortos escritos y darles una nueva perspectiva en que pensar y sobre la cual actuar.

miércoles, 29 de abril de 2009

Colores

Despertó el sol en mis pupilas, cerré los ojos conscientes de que el día empezaba y entonces fue en ese breve instante cuando imaginé su silueta como sombras de colores, corrí apresuradamente donde estaba, corrí a tomarle la mano y saludarle los días, a festejarle la vida, a sonreír en su honor. Pero sólo era una sombra de color, de agradable olor, de tibio ser, era una sombra sola, divagando por la vida, sin algo fijo, perteneciente a su alrededor, inexistente sin un mundo, era sólo dependencia, era sólo una sombra. Una sombra que no quería revivir, que no quería hacerse física, era una sombra sola, triste, vagante. No sé si quería amor o placer, no sé si quería vivir o morir, no supe nada de la sombra, sólo pude ver su reflejo triste . Cuando intenté tocarle sentí la pared, cuando quise acariciarle sólo sentí el frío del cemento, cuando quise besarle sólo sentí el olor de la pintura. No existía. No vivía, no era nada, pero lo era todo para mí. Era el recuerdo tuyo sentado al lado mío, era el olor de tu piel, el color de tus ojos. Era nada ahora pero todo antes. Eran mis ganas de verte, de quererte. Era sólo tu recuerdo. Eso era, tu recuerdo.

domingo, 26 de abril de 2009

ROSITA

Un día, como cualquier otro, nació de una pequeña flor, una rosita, delicada, hermosa, brillante, con luz propia.
Un día especial, ella adquirió un nombre, Sofía, asignado por el capullo de esta flor.
Un día maravilloso ella salió de su capullo y caminó por un mundo rosado, tan tibio y seguro como la flor de la que nació.
Un día oscuro, ella se lastimó un tobillo y dolida siguió su camino.
Un día brillante, ella adquirió un amigo, caminó con él y aprendió palabras nuevas.
Otro día, más oscuro, su amigo murió para siempre bajo los pasos de la maldad, lloró la hermosa rosita amargamente.
Un día nublado, ella adquirió una muleta, que le ayudaba con su cojera.
Un día soleado, ella lloró, desconsolada, por su antiguo amigo y recordó sus palabras.
Un día lluvioso, ella conoció una matera, alta, hermosa, y quiso posarse en ella; pero no puedo acomodarse correctamente por lo que lastimó su tallo y entonces se aferró más a su muleta.
Un día frio, ella pensó.
Un día tibio, con la brisa rosando su cara, ella cerró sus ojos y sólo escuchó su corazón.
Un día no tan lindo, ella maduró.
Otro día, ella respiró y empezó a creer en su ser.
Al día siguiente, ella sonrió sin tener en cuenta el clima.
Una semana después, la rosita descubrió un mundo nuevo, fue feliz.
Un día lluvioso, ella escuchó que la flor de la que había nacido había sido extinta por el fuego.
Un segundo del mismo día, ella lloró, pero recordó con amor y sabiduría.
A los tres días, ella se sintió mejor, tomó algo de agua y calmó su ser.
Tres semanas después, se dio cuenta que sus piernas no respondían como antes, se fijó en su vejez, se aferró aún más a su muleta.
Dos días más tarde, encontró las voces del viento y los ojos del cielo.
Un minuto luego, saboreó el azúcar, las victorias de la vida, esperando para siempre el cerrar sus ojos.
Dos años después, la rosita imagino su juventud, se rió y decidió dormir, esperando el día de nunca más despertar.
Cuatro años luego, ella recordó su adultez y se dio cuenta que su niñez era confusa.
Una semana más tarde, ella contemplaba sus pétalos opacos, arrugados y marchitos.
Al segundo se deshojó, y entonces fue para siempre feliz.

viernes, 24 de abril de 2009

El ego-maniaco

Hoy me he dado cuenta de (he reconfirmado) cómo funciona nuestra naturaleza, el placer, el sentirse bien nos lleva solamente a ser egoístas y a disfrutar de las personas solamente por el encanto y la satisfacción de sentirse acompañado, valorado.

Nuestra autoestima no es más que un ego escondido detrás de un manto algo traslúcido, que lo hace percibir frágil, algo que nos lleva a buscar la felicidad en la vida por medio de los demás, no somos capaces de salir adelante creyendo nuestros mismos conceptos, no somos capaces de respirar por nuestros mismos pulmones, necesitamos de esa palabra externa y perfecta que llega a nuestro cerebro y quiebra el corazón, sacando tantas mariposas escondidas en nosotros.

Necesitamos de versos de amores, necesitamos de palabras confusas para sentirnos deseados, y el egoísmo llega con el necesitar todo esto y todo aquello que nos deja sentir estrellas y alcanzar un ego aun más alto, más grande, más monstruoso.

Creo que es vergonzoso poner a todos aquellos que desean querernos o lo desearon en algún momento detrás de condiciones perfectas, que nos llevan a obligarlos a comportarse de ésta o esa manera. A sacrificar cosas, como el sueño, para hacernos sentir importantes, agradables, deseables.

No creo justo con ellos, quienes desean querernos, someterlos a tantas cosas solamente por el deseo de sentir, de sentir bien. No creo justo con ellos las ideas que crecen en nuestras mentes, haciéndonos pensar, imaginando un odio repentino hacía nosotros, no creo justo de repente odiarlos momentáneamente, no creo justo querer morir por eso que pensamos, porque ese pensamiento sólo genera un dolor profuso y repentino en nosotros y ahora nuestro vil egoísmo nos crea la ilusión de morir por ellos, sin ni siquiera saber exactamente qué es lo que está en realidad pasando.

Querer que desaparezcan repentinamente, para no verlos más, para que nadie más pueda disfrutarlos, para que nuestro dolor sea en parte vengado, por nuestro monstruoso ego que no quiere ser defraudado.

¿Por qué no solamente vivir al máximo cada momento? Dejando de lado el ego, el egoísmo, siendo totalmente ingenuos creyendo cada sonido, cada sabor, sin sentirnos lastimados por la duda al final del día ¿Por qué no solamente pensar en ellos como un recuerdo profundo que cada vez que llega a nuestras mentes se pueda oler, se pueda tocar, pero sin la necesidad egoísta de que se vuelva a repetir? ¿Por qué no dejarlos libres, y pensar que serán más felices con su libertad y si algún día desean volver, solamente recibirlos?

Es difícil, porque es la naturaleza de la carne la que no quiere sentirse herida. Pero ¿por qué es necesario pensar que debemos salir heridos? Sólo se necesita imaginar con los sentidos , probando cada cosa y dejando que suceda. Disfrutar el momento. El exacto momento. El color, las palabras, las letras, cada consonante, cada vocal, cada sonido, cada trago, sin compromiso.

Porque cada ser humano necesita en el fondo, aunque se niegue, unos dorados aros delgados que unan eternamente la vida de dos desconocidos, siempre se piensa, siempre la sociedad está encima como el sol candente juzgando nuestros pasos, nuestro físico, nuestros sentimientos, nuestra bondad, nuestra maldad, nuestra verdad, todo, cada cosa que somos, están bajo los ojos de ese horrible ser, la sociedad, que a la final nos ha moldeado, nos ha estructurado, nos ha puesto un aire de ella en nosotros, llevándonos a ser egoístas.

Aprendimos lo que ella, la sociedad, juzgó que era bueno, pero nos hemos chocado con un espíritu rebelde dentro de nosotros el cual no traga entera cada razón que la sociedad impone.
Nos mostró un mundo de opciones correctas que podemos hacer y otras no correctas que no debemos hacer, se inventó el deber, la obligación, trastornó nuestra mente en cierta parte, y nos enseñó a capturar en el sentimiento a ellos quienes quieren libremente querernos.

Nos enseñó juzgarlos, nos enseñó odiarlos intrínsecamente, nos enseñó enloquecer por ellos si no están junto a nosotros, nos enseñó que el abandono era malo, que la libertad no es digna de uno solo, que el mal está en la soledad, que necesitábamos capturar eternamente a ese ser que deseaba querernos.

Pero se le olvidó decirnos que estos seres eran libres, que no somos quienes para imponernos, que no los conocemos jamás a fondo, que la felicidad no se encuentra reteniéndolos para que nuestro maniaco ego sienta mejor. Se le olvidó enseñarnos a ser realmente humanos, realmente mejores, y ahora el precio lo pagamos con pequeñas dosis de dolor , con pequeños lapsos de locura, con suspiros profundos y lágrimas gruesas, con querer gritar, arrancarnos el cabello, con la sensación de frustración, de indeseo… con nuestro loco ser.

Pero ahora sólo queda ser consciente de la realidad. Estar atentos al movimiento sin anhelar el pasado pero aprendiendo de él, y así proveernos un mejor futuro. Tratando de ser cada día más libres, y liberarnos de tantas ataduras, no siendo irracionales que se mueven con el viento y el pasar de la gente, tratar de buscar nuestra propia esencia, sin el ego y el egoísmo que es tan nuestro y nos destroza tan rápido, sin el juzgar que no nos deja ser consecuentes y pone una venda en nuestros ojos y sin oír a la sociedad que pone un yugo sobre nuestros hombros. Tal vez así podamos estar más cerca a la felicidad que tanto tantos buscan, de respirar por nuestros pulmones y reaccionar por nosotros mismos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,la palabra precisa, la sonrisa perfecta.Ojalá pase algo que te borre de pronto:una luz cegadora, un disparo de nieve,ojalá por lo menos que me lleve la muerte,para no verte tanto, para no verte siempreen todos los segundos, en todas las visiones:ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.”
Silvio Rodríguez – “Ojalá”








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¿Pero por qué diablos necesito tenerlo cerca? Ahora se vuelve personal, ahora no puedo reaccionar, ahora me posee el demonio del egoísmo y mi instinto es buscarlo, sentirlo, quererlo. Mi instinto es morir, ya no sobreviviré más, y quiero que se muera de dolor por la distancia, quiero hacerlo sufrir, quiero que el pensamiento no lo deje en paz.