sábado, 30 de mayo de 2009

Simplemente sentarme, pensar y escribir.


Simplemente sentarme, pensar y escribir. Pensar en nada importante, sólo dejar a la mente fluir libremente, como quien inventa palabras nuevas. No pienso, sólo dejo que mis dedos se muevan suavemente sobre las pequeñas letras impresas en el teclado y de repente re-leo lo que están escribiendo. Me detengo y ahora pasan por mi cabeza las imágenes de una vida afortunada como la mía y como la que tu tienes por estar leyendo esto, no me refiero que seas afortunado por leer lo que escribo, sino por la posibilidad que tienes de sentarte frente a un monitor y aprovechar, sacar ganancia, del mundo del o "de la " Internet.

Estaba pensando en las presiones sociales, estaba un poco consternada por no tener la libertad total de sentirme libre. Creo que todo nos lleva a ser esclavos de alguna cosa, me gustaría simplemente vivir en un bosque que me proveyera alimentos y andar sin necesidad de vestimenta alguna, pero... no se puede, sencillamente no es tan fácil, ni tan aceptado en mi racionalidad, ya que, he sido instruida para buscar una perfección de la cual surja un hogar, un esposo, unos hijos y una casa en buen sector de la ciudad... ¡Detestable! , espero no hacerlo hasta no tener la convicción eterna de que es lo que se debe hacer. Todo el mundo está limitado por "un hogar", pues, lo mejor que puede pasarles en la vida, es "un hogar" porque es la base de la sociedad y entonces cuando se obtiene suelen decir que el éxito se ha conseguido.

Yo por mi parte espero terminar mi carrera y conocer el mundo. Hacer mi pasantía en Reino Unido, hablar varios idiomas, conocer mucha gente, probar el chocolate de diferentes partes, un apartamento en la candelaria, especializarme o hacer maestría afuera (becada sería fabuloso) conocer diferentes culturas, ayudar a los animales de Bogotá y tener un perro grande, trabajar con mi carrera como asesora y tener mi propia empresa, grande e influyente; talvez tener algún cargo político o proyectar alguna clase de oposición a las habituales corrupciones del país, tener charlas reflexivas, divertirme un poco, tener amigos, apoyar a mi familia, tener varios corazones pero no argollas matrimoniales, poner sucursales de mi empresa en el exterior, exportar… y luego, después de eso, tendría proyectado vivir con alguien quien dijera amarme y tal vez un hijo.

Pero no quiero, en lo absoluto, que “un hogar” sea un limitante para mi vida, para mi mente, así como tampoco quiero que una religión, una sociedad, una institución me intervenga con modelos poco racionales de lo que puedo llegar a hacer y a ser. Y me limite, como tampoco quiero que limite a mis seres queridos, a mis hermanos, a mis primos, a mis amigos. Me gustaría abrir los ojos de la gente con estos cortos escritos y darles una nueva perspectiva en que pensar y sobre la cual actuar.