Caminando en el D.F. , a una calle de llegar al palacio de Bellas Artes (en mi mente resuena fuerte el nombre de Juan Gabriel), mientras esperábamos que el semáforo cambiará a verde para cruzar la calle, un muchacho de unos 15 o 16 años, de aspecto moreno, se le ven fuerte sus raíces indígenas , ojos rasgados, labios gruesos, con un suéter azul y un corte de pelo moderno se acercó a nosotros , me miró y nos pidió lo siguiente:
-El muchacho: Podrían darme 5 pesos, es que a mi hermana y a mi ... bla, bla, bla, metro... bla, bla, bla, necesito...
yo casi no entendía había mucho ruido, sin embargo, lo mire con cara de no hay plata y dije:
-Yo: Hmmmm , nope.
El muchacho me devolvió la mirada con un poco de frustración, apretó los labios, hubo un silencio incomodo y me preguntó:
-El muchacho: Hmmm... ¿qué tienes en la cara?
(yo pensé qué carajos tendré en la cara¿?)
-Yo: ¿Qué?
-El muchacho: Sí, ¿qué eso qué tienes en la cara?
Mientras tanto se toco sus mejillas, caí en cuenta que hablaba de mis pecas.
-Yo: Son pecas.
él me mira con cara de preocupación y pregunta:
-El muchacho: ¿Y son permanentes?
Creo que hice una cara de extrañeza y respondí:
-Sí, son permanentes.
Cambia el semáforo, el muchacho se va y cruzamos la calle.
Me quedó pensando sí fue una venganza dulce por que no le di 5 pesos o simplemente no había visto muchas personas con pecas, luego puse atención a las personas pecosas y casi no había. Tal vez el muchacho pensaba que era un tatuaje como la niña que se pintó estrellas o la otra que se tatuó el nombre del novio. Me resuena su voz en mi cabeza: ¿Y son permanentes?.
Martes 19 de Febrero 2013
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